La radiónica es una técnica terapéutica basada en la manipulación de la interacción de las energías de los seres vivos con las de su entorno para prevenir o restablecer el equilibrio y la salud y en la que intervienen dos elementos: los instrumentos radiónicos y la mente del operador actuando sobre el paciente en presencia de éste o a distancia por medio de un “testigo” del mismo (uñas, pelo, fecha de nacimiento, fotografía, etc).
Los campos de energía, movimiento y vibración que existen en el Cosmos y en la Tierra se reproducen en cada uno de los seres vivos, que a su vez vibrarán en resonancia y armonía con ambos. No obstante, con muchísima frecuencia los seres vivos dejan de vivir armónicamente con la energía universal y planetaria; pierden su sintonía y, si no se recuperan, surgen las enfermedades y la muerte.
El ser humano está sometido a diversos campos de energía: cósmica (procedente de los cuerpos celestes de Universo), telúrica (procedente de la radiación interna del planeta y de la descomposición de la materia), electromagnética (creada por los seres humanos) y ondas de forma (derivadas de las anteriores y emitidas por las formas geométricas). Todas estas energías inciden sobre los seres vivos interactuando con su organismo mediante fenómenos de sintonía, interferencia o atenuación a nivel celular.